Utopía de los Sentidos

A continuación se presenta un cuento que escribí teniendo en cuenta el relato "La Noche Boca Arriba" escrito por Julio Cortázar. Las consignas fueron mantener su estructura y manera de escribir.
Humo por todas partes. No podía dejar de toser. Mis pulmones se inflaron para desinflarse por ultima vez en mi vida.
Sentía los efectos alucinantes de la marihuana. La manera en la que me relajaba y me ayudaba a olvidarme de todos los problemas que tenía. ¿Por que había comenzado a fumar? ¿Por qué había caído tan bajo? No lo sabía. Podía ser porque mi vida entera se había basado en problemas y decepciones. A los 8 años el mejor amigo de mi papa me había secuestrado para venderme, y eso estaba mal, bah, ¿estaba mal?
De los 8 a los 16 había estado encerrada en ese lugar. Donde eras tan fácil, tan vulnerable, tan enferma.
Cuando los efectos llegaron a su punto máximo sentí la luz de mi habitación, si se la podía llamar así, apagarse  de a poco. Me di cuenta como mi cuerpo pesaba cada vez menos. En frente mío se abrió una puerta con una enorme luz roja. Salté a ella y me dispuse a caer y caer hasta algún lugar desconocido.
Con miedo abrí mis ojos. Caí en un sitio totalmente irreal. Yo era irreal. Nada tenia sentido. Estaba en alguna especie de mundo de ensueño. Una utopía para los sentidos. Yo era una nueva princesa, en la época de los mosqueteros y vestidos con millones de enaguas. Las señoras de la época caminaban por las calles empedradas con sus damas de honor y enormes abanicos y sombrillas mientras me miraban con extrañamiento. Carrozas cruzaban, tiradas por enormes caballos de unas magnitudes indescribibles. Se derrochaba elegancia y se sentía la sofisticaciones en todos los rincones del extraño pueblo donde me encontraba.
Tenía que ser un sueño. Uno muy inusual e irrealista. De tener la peor vida que una mujer puede pedir, pase a cumplir a el sueño de cualquier niñita. De no poder tener el control de mi propio cuerpo, a tener el control de un sueño ridículo y sin ningún tipo de sentido. Pero por una inexplicable razón no me despertaba asique decidí comenzar a caminar hasta encontrarme con una mujer que decía ser mi dama de honor y mi mejor amiga. Una emoción invadió mi cuerpo al pensar que por primera vez en mucho tiempo no estaba sola en el mundo, pero el sentimiento desapareció al sentir el tacto helado de la mujer en mi brazo.
Con convicción me convenció de llevarme a una inmensa casona antigua con todo tipo de lujos. Llegamos y me hizo entrar a una de las habitaciones mas grandes que había visto en mi vida. Aunque en realidad no había visto habitaciones tan grandes. Allí me hizo ponerme en frente de un magnifico espejo con un marco dorado con varios arabescos que lo decoraban. Me quede perdida mirándome. La manera en la que mi aspecto físico había cambiado era impresionante. No había un solo moretón, o rasguño, cortadura o marca de ningún tipo. Miraba mi pelo perfectamente arreglado, mi vestido completamente aliñado. Me gustaba lo que veía.
Me despertó de nuevo el toque helado de la mujer. Su dedo tocaba la superficie lisa de mi cuello. Un escalofrió recorrió mi cuerpo y se aparto. Pero no me preocupaba, estaba soñando, eran los efectos de la droga en mi organismo. Alcanzó un corset y comenzó a acomodarlo en mi cintura. Lo apretó, y lo apretó. Demasiado. Comencé a sentir como la sangre dejaba de correr por la zona. Puse mi mano en la suya como un indicación de que aflojara su agarre, y así lo hizo.
Luego de un minuto de silencio incomodo, tomo una gargantilla que nuevamente apretó mas de la cuenta en mi cuello. Empecé a sentirme mareada. Quería despertar, pero no podía. El dolor era demasiado real, el asfixiamiento. Y en ese momento lo vi, sus ojos se pusieron rojos, un rojo sangre. Intenso, malévolo. Nunca antes había visto nada igual. Y por ultimo aparecieron sus colmillos que se clavaron en el lugar en donde el accesorio seguía impidiéndome respirar. Perforaron mi piel como pequeñas agujas que comenzaron a succionar. Pero ya no era un sueño. Nunca lo había sido. La sangre comenzó a salir y el dolor a hacerse mas y mas intolerable. Fue ahí cuando me caí. Y la vi retirándose, triunfal, arrogante. Pero su cara no era nueva. Yo ya la había visto, la había visto muchas veces. La conocía. Definitivamente no era un sueño. Entonces cerré mis ojos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

IGCSE Practice: Formal Letter

Pronóstico del Tiempo

Ni Muerto has perdido tu Nombre